Siempre tratando de ser la voz del cliente en los procesos de diseño, su formación como diseñadora industrial e intuición le permiten aportar ideas e insumos para obtener el buen diseño y la calidad propios de Mapalé.  Si se dedicara a jugar póker perdería todo en minutos ya que su cara la delata fácilmente pero a pesar de esto es una buena relacionista pública con muy buen sentido del humor, suficiente para reírse de sus esporádicos despistes. Nunca empieza la jornada laboral sin una lavada de manos y es la base de datos de Mapalé en materia de sinopsis y reparto de cuanta película existe. Es un apoyo importante para mantener el orden y ritmo de trabajo en Mapalé.

Odia bañarse con agua fría por lo cual no sorprende que le encante el sol, el calor y caminar por la playa.  A pesar de ser diseñadora profesional todavía no está segura si el azul es su color favorito y confiesa que le emociona mucho su clase de body-combat, convencida que además de ejercitarse la convierte en un arma letal.

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